
La importancia del ejercicio físico para nuestros pacientes
La actividad física regular puede tener efectos beneficiosos significativos en la prevención primaria y secundaria de las enfermedades cardiovasculares (ECV).
En la actualidad, muchos problemas de salud están estrechamente relacionados con el estilo de vida, especialmente con el sedentarismo y una dieta inadecuada. La práctica regular de ejercicio, además de aportar beneficios cardiovasculares, también ayuda a la salud muscular y ósea, contribuyendo a una mejor calidad de vida de los pacientes. Esta cuestión la abordamos en el siguiente resumen de uno de los contenidos del programa APDAY semFYC elaborado por Juan Carlos Obaya Rebollar, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud El Coto (Gijón) y coordinador del grupo de trabajo de Enfermedades Cardiovasculares de la semFYC.
No te pierdas la entrevista de Juan Carlos Obaya sobre esta cuestión en la iSanidad clicando aquí.
Beneficios multisistémicos del ejercicio
El ejercicio físico no solo beneficia al corazón, sino también al sistema metabólico y al medio inflamatorio, que a menudo subyacen en las enfermedades vasculares. Para los y las especialistas de familia, reconocer estos beneficios multisistémicos puede fomentar una perspectiva más holística en la investigación y atención cardiovascular.
Objetivos de actividad física
Estudios recientes han demostrado que con solo 2.600 a 3.800 pasos al día se pueden obtener beneficios significativos en la mortalidad y eventos cardiovasculares. Incrementar en 1.000 pasos diarios (aproximadamente 10 minutos de ejercicio) mejora aún más estos beneficios, siendo la dosis óptima de 8.000 pasos al día para reducir la mortalidad y 7.200 pasos para disminuir la incidencia de eventos cardiovasculares. Mantener una cadencia de pasos moderada a alta también proporciona beneficios adicionales.
Hoy en día, gracias a dispositivos móviles al alcance de todos, podemos medir fácilmente los pasos que realizamos diariamente, por lo que el conteo de pasos puede convertirse en una herramienta prometedora para ser utilizada por los especialistas. Además, el beneficio de caminar es para todos, sin distinción de género, zona geográfica y edad. Incluso, en pacientes mayores de 60 años, se requiere alcanzar un menor número de pasos para conseguir importantes reducciones de mortalidad.
Recomendaciones de actividad física en la consulta de Atención Primaria
Basándose en la evidencia científica, se recomienda:
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Caminar al menos 1 hora al día.
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Realizar ejercicio aeróbico 3 días a la semana.
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Hacer ejercicios de tonificación muscular 2 días a la semana.
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Usar las escaleras en lugar del ascensor.
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Bajarse unas paradas antes en el transporte público.
Prescripción de ejercicio físico en adultos mayores de 65 años
Las investigaciones también indican que la prescripción de ejercicio en adultos mayores debe ser individualizada, basada en sus necesidades y objetivos específicos, y teniendo en cuenta su fragilidad. Se recomienda unas, de combinación de ejercicios aeróbico fuerza, flexibilidad y de equilibrio, con una frecuencia de al menos 150 minutos de actividad física moderada a vigorosa por semana. El entrenamiento de fuerza y equilibrio es especialmente efectivo para prevenir caídas.
El entrenamiento de resistencia: también tiene efectos favorables
La fuerza muscular es la capacidad de un músculo para generar fuerza, mientras que la resistencia muscular es la capacidad de un músculo para realizar contracciones repetidas o mantener una contracción durante un periodo prolongado de tiempo. El entrenamiento de resistencia, que incluye el uso de pesas, bandas elásticas y aparatos gimnásticos, no solo mejora o mantiene la masa y la fuerza muscular, sino també es seguro y eficaz, además de tener efectos fisiológicos favorables y clínicos sobre las enfermedades cardiovasculares y los efectos de riesgo.
Lamentablemente, a pesar de contar con la evidencia científica de sus beneficios, menos de un tercio de los adultos practican los dos días semanales recomendables, así que es importante la promoción y la prescripción de este tipo de entrenamiento. Para ello, se recomienda realizar 8-10 ejercicios de brazos y piernas, con 10-15 repeticiones y una carga del 30-50% de una repetición máxima. Especial atención también la coordinación con la respiración durante su ejecución: la máxima fuerza debe realizarse durante la espiración. Igualmente, antes de iniciar un programa de ejercicios de resistencia, es importante tener en cuenta las contraindicaciones, tanto absolutas como relativas. Entre ellas destacan tener una enfermedad coronaria inestable, insuficiencia cardiaca descompensada, arritmias auriculares o ventriculares no controladas, hipertensión pulmonar aguda, entre otras.
Snacks de ejercicio: una solución para los que no tienen tiempo
La falta de tiempo y acceso a instalaciones son barreras comunes para que los pacientes realicen actividad física regular, por lo que en los últimos tiempos se ha puesto en marcha los llamados "snacks de ejercicio", sesiones cortas de ejercicio de ≤ 1 minuto realizadas periódicamente durante el día.
Estudios recientes muestran que estas sesiones breves pueden mejorar la aptitud cardiorrespiratoria y los índices de salud cardiometabólica en adultos previamente inactivos. Este tipo de ejercicios parecen ser bien tolerados y pueden compensar los efectos perjudiciales del sedentarismo, además de poder ser incorporados entre las actividades de la vida diaria.
Ejercicio físico vs. Pérdida de peso en personas con obesidad
La mortalidad asociada al sedentarismo es independiente del peso corporal. De hecho, ser sedentario con normopeso conlleva mayor riesgo que vivir con obesidad y estar en forma. Los marcadores de riesgo cardiometabólico asociados con la obesidad pueden mejorar con el ejercicio físico, independientemente de la pérdida de peso. Para las personas, el ejercicio físico es un factor clave e irremplazable para la salud, por lo que la adherencia a la actividad física puede mejorar si los profesionales enfatizamos constantemente sus beneficios, incluso sin pérdida de peso.
¿Cuál es el papel de la rehabilitación cardíaca en pacientes con enfermedad vascular?
Los programas de rehabilitación cardiaca comunitaria son esenciales para cumplir con los objetivos preventivos en pacientes con enfermedad vascular. Estos programas son seguros y beneficiosos, mejorando la calidad de vida, la capacidad funcional, el rendimiento físico y reduciendo las hospitalizaciones. La modificación del estilo de vida, incluyendo actividad física, evitar la obesidad, no fumar, mantener una dieta saludable, reducir el colesterol y mantener la presión arterial y la glucosa normales, se asocia con un menor riesgo de eventos vasculares y una mejor preservación de la estructura y función cardiaca, por lo que el asesoramiento sobre modificación del estilo de vida debe mantenerse de por vida con refuerzo regular por parte de los y las profesionales de Atención Primaria.
Los contenidos íntegros de este capítulo están disponibles para las personas inscritas en el programa formativo APDAY de la semFYC.
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